Propiedades y beneficios de la cúrcuma

Tiene un color amarillo muy intenso y un olor muy característico, similar al del jengibre. Proviene de la raíz naranja de una planta de la familia de las zingiberáceas, que se ubican en la India e Indonesia. Aunque en España no era muy conocida, con los años ha ido ganando terreno en las cocinas y en los platos españoles, que cada vez buscan más ese toque exótico. De hecho, muchos chefs españoles la utilizan en lugar del azafrán en las paellas, ya que es muy similar.

¿Qué es la cúrcuma?

Con el nombre científico “cúrcuma longa”, la cúrcuma tiene una tradición histórica, remontando sus primeros usos entre los años 610 a.C. y 320 a.C. Antes la cogían directamente de las plantas para aportarle a los alimentos un toque parecido al curry (de hecho, la cúrcuma se encuentra entre los ingredientes del curry). Ahora, tan solo tenemos que acudir a cualquier supermercado cerca de casa para adquirirla.

La cúrcuma no sólo aromatiza los platos, sino que también tiene múltiples propiedades beneficiosas para que nuestro organismo evite enfermedades infecciosas. Además, se conoce que tiene propiedades que actúan contra el cáncer, contra el colesterol alto y contra la artrosis, entre otras muchas enfermedades.

Propiedades y beneficios de la cúrcuma

Aunque ya te hemos descrito algunas de las propiedades medicinales de la cúrcuma, no son ni una mínima parte de las que tiene en total. Por eso, ahora te vamos a enumerar una a una algunas de las ventajas que tiene consumir cúrcuma:

Propiedades y beneficios de la cúrcuma

Es por estos beneficios que la cúrcuma es una gran ayuda para tratar enfermedades como la diabetes, el colesterol alto, las úlceras gástricas o el cáncer.

Cómo tomar cúrcuma

Al tener un sabor tan inconfundible, puede que te resulte difícil pensar en qué platos puedes incluir la cúrcuma como ingrediente. Lo mejor es que la introduzcas en guisos y en platos a modo de condimento, pero además puedes ingerirla de otras formas que multiplicarán sus beneficios para la salud, hará que se intensifiquen y que actúen más rápido.

Hay, por lo general, tres formas de consumir cúrcuma:

1. Cúrcuma en infusiones

Para tomar la cúrcuma a modo de infusión, tienes que poner cuatro tazas de agua a hervir. Después, añade una cucharadita de cúrcuma molida y reduce a fuego lento durante 10 minutos. A continuación cuela el té sobre un tamiz fino en un vaso, y añade un poco de miel o limón a tu gusto.

Puedes probar cientos de ingredientes y aromas hasta que encuentres la combinación que más te guste. Por ejemplo, puedes añadir un poco de jengibre para potenciar su sabor y la terapeucidad.

2. Cúrcuma en cápsulas

Actualmente se pueden encontrar en las tiendas cápsulas de cúrcuma que funcionan como suplementos alimentarios. En este caso no es recomendable que tomes más de un gramo por día, y antes de hacerlo deberías hablar con un profesional que te aconseje cómo establecer la dosis más correcta.

3. Cúrcuma en gel

Como ya hemos mencionado, la cúrcuma es buena para problemas de la piel como psoriasis e incluso quemaduras. Si padeces alguno de estos problemas, puedes comprar una crema con cúrcuma o puedes hacerla tú mismo en casa mezclando un poco de sábila (es decir, aloe vera) y cúrcuma en polvo.

Adelgazar tomando cúrcuma

La cúrcuma tiene, además de todos los beneficios ya vistos, el de adelgazar y perder peso gracias a sus compuestos activos. Perder peso con cúrcuma es una manera muy natural y responsable de hacerlo, y por eso se suele incluir en dietas. Eso sí, no es mágico: tienes que llevar además una dieta equilibrada y una rutina de ejercicio que motiven que la cúrcuma haga bien su trabajo.

Para incluir la cúrcuma en tu dieta para perder algunos kilos, puedes hacerlo de la siguiente manera:

Efectos adversos de la cúrcuma

Aunque en la mayoría de las personas es seguro consumir cúrcuma tanto por vía oral como por vía tópica, en algunas otras puede provocar náuseas, diarrea o malestar estomacal.

Esto se incrementa cuando se consume en dosis terapéuticas en mujeres embarazadas, que pueden sufrir efectos adversos que ponen en riesgo la gestación. En cuanto a las mujeres lactantes, no hay nada demostrado en cuanto a su seguridad, por lo que también se desaconseja su uso.

También deben tener cuidado las personas diabéticas, con problemas de coagulación o los pacientes oncológicos.