¿Piel apagada? 10 cosas que estás haciendo mal (y no tienen que ver con las cremas que usas)

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Tengo 38 años y una rutina del cuidado de la piel que en ocasiones se parece bastante a la de las asiáticas –fueron ellas las que inventaron la doble limpieza, la superposición de diferentes sérums (aka layering) y las rutinas faciales con muuuuchos pasos y bastantes cremas–. Pero cada vez que me preguntan cuál es mi preocupación en materia de piel, siempre respondo lo mismo: la falta de luminosidad. Sé que dormir poco no ayuda a la mala cara ni a la piel apagada, pero es evidente que hay otros tantos factores que están restando eficacia a la retahíla de pasos de cuidado facial que practico cada día. Y no me refiero al consabido combo de malos hábitos ‘comer mal-dormir menos de 8 horas’, sino a otras prácticas en la que no solemos reparar pero que están jugando en mi contra de forma silenciosa.

Hablamos de ello con Carmen Navarro, directora de los centros que llevan su nombre, y con Estrella Pujol, creadora del centro Oxigen de Barcelona.

#1. No te proteges de la luz azul (ni usas protección solar en casa)

De los efectos negativos de la luz azul que emiten los dispositivos electrónicos ya hemos hablado –solo un recordatorio: la luz azul ensucia la piel y el exceso puede provocar la aparición de manchas y flacidez–. Pero no lo hemos hecho tanto de la importancia que tiene protegerse frente a ella. Carmen Navarro nos lo recuerda: “Reduce todo lo que puedas esa sobreexposición y protégete con productos que actúen como un escudo y eviten, no solo la falta de luminosidad, sino también el daño oxidativo, la deshidratación y la aparición de manchas. Estando en casa con un SPF 30 es suficiente para contrarrestar los efectos de la luz azul”, explica la experta.

#2. No practicas la desconexión digital una hora antes de irte a la cama

Aunque lo hacemos una inmensa mayoría –lo de dormirse con un libro en las manos y no con el móvil es casi una utopía–, es necesario cambiar este hábito. “Es importante realizar la desconexión digital al menos 1 hora antes de acostarte. Evitarás que la luz azul influya en la calidad del sueño. No sólo por cómo afecta a la melatonina, sino también porque si no descansas bien y duermes las horas necesarias, tu piel no puede realizar de manera correcta su regeneración celular”, apunta Navarro.

#3. No haces 30 minutos diarios de Power Walking

No es necesario entregarse al HIIT, basta con mantener nuestro cuerpo activo, evitar el sedentarismo y practicar unos 30 minutos de ejercicio al día, que bien pueden equivaler a un paseo a buen ritmo. Tal y como nos explica Estrella Pujol, si no hacemos ejercicio de forma regular, tendremos un déficit circulatorio. “Esto quiere decir que la circulación sanguínea no va a a la velocidad óptima para permitir la correcta oxigenación de todas las células del cuerpo, incluidas las de la epidermis. Y si consideramos que la piel es el último órgano del organismo al que llegan nutrientes e hidratación, como resultado a esa falta de circulación, el rostro mantendrá mayor opacidad”, explica la experta.

#4. Practicas deporte sin cuidar la piel antes y después

¿Piel apagada? 10 cosas que estás haciendo mal (y no tienen que ver con las cremas que usas)

Carmen Navarro nos recuerda: a) Los beneficios del deporte en la piel, ya que aumenta la flexibilidad y mejora su estructura, además de favorecer la eliminación de toxinas. b) La importancia de cuidar la piel antes y después por que hay componentes que influyen de forma negativa en la piel como el sudor, las impurezas y la deshidratación. “Para evitarlo es importante limpiarse la cara antes y después de hacer deporte. Debes liberar los poros y no solo si llevas maquillaje. Tenemos que eliminar los restos de impurezas y toxinas empleando un producto apropiado a cada tipo de piel para que no la deshidrate”, apunta la experta.

#5. Abusas de las harinas

¿Cuántos alimentos de los que ingerimos a diario llevan harina? Teniendo en cuenta que entran en la lista, no solo panes, sino galletas, pan de molde, cereales de desayuno, rebozados y algunas salsas, seguro que la respuesta sería “unos cuantos”. Es importante saber que, tal y como explica la experta de Oxigen, un exceso de harinas provoca una cadena de reacciones en nuestro cuerpo: digestiones pesadas/procesos intestinales más lentos y pesados/estreñimiento y eso puede causar, por ejemplo una erupción acneica o una generación de sebo excesiva que, de no eliminarse correctamente, al oxidarse, dañará y mermará la luminosidad de la piel.

#6. No tomas suficiente vitamina C

No solo de vitamina C aplicada en la piel vive una piel bonita y luminosa. “La vitamina C es la responsable de dar luz a la piel y una de las mejores aliadas para pieles fatigadas y apagadas”, apunta Navarro, que recomienda tener siempre en la nevera alimentos ricos en esta vitamina. Ya sabes: tomates, cítricos, fresas…

#7. Quieres llegar a todo

Un clásico que conviene recordar: el estrés. “Hay factores internos como el exceso de estrés o de preocupaciones, que no nos permiten bajar el ritmo, desconectar y descansar, y que también interfieren en la luminosidad de la piel”, explica Pujol. Por eso el dolce far niente y las vacaciones sientan tan bien a la piel.

#8. No trabajas la respiración consciente

Todos respiramos, pero no siempre lo hacemos de una forma consciente y beneficiosa para nuestro organismo. Trabajar la respiración consciente para mejorar la oxigenación de nuestro cuerpo y, por tanto, también la luminosidad de la piel, requiere cierto aprendizaje. Puedes empezar con la recomendación que hace Navarro: “Siéntate en la cama con la espalda erguida y presiona la punta de la lengua contra el paladar, justo detrás de los dientes frontales. Manteniendo esta posición, cierra la boca e inhala por la nariz hasta contar hasta 4, mantén esta respiración hasta contar hasta 7 y, a continuación, exhala por la boca alrededor de la lengua hasta contar hasta 8. Repite 4 veces”, dice. Intenta convertir esta práctica en hábito.

#9. Abusas de la carne procesada y de los embutidos

El abuso de la carne procesada y de los embutidos, no solo afecta al organismo, sino a la luminosidad de la piel. Así nos lo explica Carmen Navarro: “Los conservantes que emplean, como los sulfitos, son responsables, si se abusa de ellos, de la falta de luz y, además, pueden provocar inflamación y enrojecimiento", afirma. De la misma manera, Puyol también recuerda que cualquier producto envasado tiene unos elementos químicos que “aunque son perfectamente seguros para la salud, sí que afectan en el aporte nutricional del alimento y, por lo tanto, en la calidad de sus vitaminas, minerales, hidratos, proteínas y grasas”. Y todo eso también pasa factura al aspecto de nuestra piel.

#10. No proteges tu piel de la contaminación interior

Tal y como nos explica la experta de Oxigen, no existe un cuadro propio de la piel agredida de forma crónica por las toxinas domésticas, pero es importante tener en cuenta que la contaminación doméstica existe y que se puede minimizar su impacto. Son un universo de micropartículas que no vemos, pero que provienen de la calefacción, refrigeración, materiales de construcción y productos de limpieza y que se está demostrando que pueden provocar la disminución de vitamina E de nuestra piel y la pérdida de firmeza. Dado que cada persona pasa de media el 80 % de su tiempo en su domicilio o en su oficina, la contaminación doméstica constituye, según la OMS, un peligro diario. Por tanto, usar productos antipolución con efecto detox resulta interesante para liberar a la piel de esas toxinas indoor a las que se enfrenta. Algunos de los ingredientes que han demostrado eficacia en ese sentido es el extracto de tomatera y el hibisco.

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