Verónica Sálomon muestra la belleza de la bisutería reciclada

Si hasta la misma naturaleza reutiliza, ¿por qué nosotros no lo hacemos?, esa fue la pregunta que le dio el último empujón para investigar sobre cómo podía crear una línea verde de joyas a través del reciclaje de elementos como cristales que provienen de los océanos, o de cartón, de aluminio, de plástico o de desechos electrónicos.

Estos son los materiales de los que están hechas las últimas colecciones de bisutería de la joyería Martalía, que Verónica Sálomon y su mamá, Marta Lía Sánchez, abrieron en Los Ceibos, en el 2008, y que desde hace unos seis años está en el centro comercial Plaza Lagos.

Verónica Sálomon muestra la belleza de la bisutería reciclada

En un inicio, Marta Lía era la que hacía las joyas, ahora ya cuentan con orfebres que se encargan de la manufactura. Verónica, siguiendo los pasos de su madre, es quien se encarga de lleno en la línea verde, desde la idea de utilizar estos materiales reciclados hasta los bocetos para cada diseño.

Su curiosidad la llevó a encontrar un curso online de joyería sustentable, y así aportar con la conservación del medioambiente desde su negocio, uno de sus ideales.

Publicidad

Esto dio lugar a las colecciones: Collage, en la que se utilizan los envases tetrapak; sea glass, a base de vidrios de botellas tirados como desechos en el mar que son pulidos con la fuerza de las olas y la sal hasta convertirse en cristales; la Joyería viva, en la que utilizaron suculentas y plantas aéreas que luego de lucirlas como joyas debían ser plantadas; y Conexiones, hechas con desechos electrónicos.

Para la creación de sus colecciones, Verónica se involucra hasta en la obtención de la materia prima. Fue desarmando su ordenador que seleccionó los elementos para los joyas de Conexiones, la joyería viva la hizo con las plantas sembradas en su huerto. Ahora piensa hacer una nueva colección con relojes en desuso que ha empezado a desarmar.

Verónica Sálomon muestra la belleza de la bisutería reciclada

Es muy expresiva. Sus grandes ojos verdes que resaltan por sus tupidas cejas oscuras y su cabello corto y alborotado, acompañan esa personalidad desinhibida y con buen sentido del humor.

Luciendo unos aretes de plata con una fusión de cristales y de material tetrapak, esta colombiana confiesa que su amor por la naturaleza es un gen que vino con ella, algo que desde niña compartió con su hermano mellizo Thomás.

Cuenta que llegó acá a Ecuador a los 7 años, por cuestiones de trabajo de su padre, y se estableció junto a su familia.

Vivir en armonía con la naturaleza era el estilo de vida que tenía toda la familia. En la casa no faltaban los grandes y frondosos árboles de mango y eucalipto y las mascotas correteando por todos los rincones. “Llegamos a tener tantas que he perdido la cuenta”, dice.

Publicidad

Verónica se graduó como ingeniera en Marketing y Publicidad en la Universidad Casa Grande. En tanto, su madre, quien ya era diseñadora textil, estudió diseño de joyas y luego comenzó a hacer bisutería a manera de hobby.

Ambas tienen un vínculo fuerte que se traduce en una sola palabra: admiración. Para Verónica, no hay mujer más talentosa que su madre. “Desde pequeña me deslumbraba su talento porque no había prenda de ropa que yo me imaginara y que ella no pudiera hacerla mejor”.

Lo de la joyería comenzó inesperadamente cuando Verónica tenía 21 años e iba a la universidad luciendo los aretes que le hacía su mamá. “Mis amigas me pedían que se los vendiera utilizando una frase: ‘Véndemelos, tu mamá es Martalía’, dando a entender que tenía a la artista en casa que podía volverme a hacer las joyas en cualquier momento”, recuerda.

Los pedidos fueron aumentando al punto que Verónica se salía de su trabajo en la hora de almuerzo e iba en su carro a las empresas donde trabajaban sus amigas para mostrar la mercadería, hasta que en el 2008 abrieron el local en Los Ceibos.

Cuenta que en el 2012 llegaron a Plaza Lagos y tuvieron la oportunidad de participar en la primera edición del Designer Book, donde la temática fue Slow Fashion, que fomenta el trato justo de los recursos para aprender a optimizarlos y reutilizarlos, y eso despertó su interés en aplicarlo en la joyería y así fue como tomó el curso a distancia sobre joyería sustentable. para posteriormente encargarse de las colecciones.

Además de la joyería, Verónica participa en un programa de radio llamado Menos es más, donde se presentan proyectos de sostenibilidad ambiental, económica y social, y que se transmite de lunes a viernes por la emisora Tropicana (96.3), de 13:00 a 13:30. (F)