La historia de los complementos de temporada es una que no puede contarse sin tener en cuenta otras que si no son antecedentes, sí se escribieron antes. Son historias que se entrelazan hasta que resulta casi imposible distinguir dónde empieza una y dónde termina la otra, pero sus hilos argumentales sí están (más o menos) diferenciados. El primero de esos relatos es el de las tendencias de primavera-verano 2021; el segundo, la estética de los años 80, pero también la de parte de los 90, o incluso de los 2000. Al fin y al cabo, hay piezas y estilos que trascienden la temporalidad.
La narración más reciente es una que coloca a los complementos de temporada dentro de la feminidad más tradicional, de lo girly, si se prefiere. Porque no se trata únicamente de un romanticismo clásico, sino de uno al que se le añaden altas dosis de inocencia e incluso un toque pop, especialmente visible en los colores rosas y en detalles como las plumas. Y sí, hablar de estos aderezos y no pensar de manera casi automática en Clueless (1995) resulta más que complicado. Cher querría lucir esa camiseta de Adriana Hot Couture, y también el bolso plateado de Prada, o los zapatos (sí, también rosa) de punta afilada que se han convertido en uno de los accesorios más buscados aquí y ahora. Pero la protagonista de esta suerte de crónica visual juega a los saltos en el tiempo para encontrar también camafeos que conviven con pendientes geométricos y, por supuesto, con perlas, grandes cantidades de perlas.
Are you a small business owner who needs advise on how to grow on social media? We are offering free advise to 15… https://t.co/2FavWOqOlb
— Linford Marketing Agency Mon Jul 19 16:57:27 +0000 2021
Las joyas de perlas son otra de las tendencias de la primavera-verano, la muestra de cómo un clásico del joyero puede volver a revestirse de novedad sin dejar de lado el pasado. Es lo que explica que pendientes de BPCR parezcan, en realidad, sacados de otra época, al igual que los collares, concatenación de cuentas que se envuelven un cuello al que jamás le falta un perfume, ya sea de Chanel, ya sea de Dior. Y también pueden enredarse alrededor de la muñeca, en forma de pulsera, o coronar un anillo de eslabones que revisita una tendencia tan antigua como actual. Una dicotomía que también puede aplicarse a clásicos de maquillaje como un esmalte o un labial rojo: hay gestos que nunca, nunca fallan. Y el manual de uso de los complementos de temporada hiperfemeninos está cargado de ellos.
SUSCRÍBETE a nuestra newsletter para recibir todas las novedades en moda, belleza y estilo de vida.
1937