María Félix fue reconocida no sólo por ser una gran actriz en la época del cine de oro, por su belleza y gran personalidad, sino por su colección de joyas que tenía, ya que le encantaba coleccionar estos accesorios.
Hay muchas historias de La Doña en torno a este tema, ya que se dice que desde niña le gustaban las joyas, por esta razón quería participar en las obras de teatrales de la escuela, para lucirlas.
Años más tarde, María Félix pudo tener unos collares en forma de cocodrilo y de serpiente que fueron diseñadas por la casa joyera Cartier, consideradas las joyas más caras del mundo.
Según la historia, en los años 70, La Doña llevó una cría de cocodrilo a la joyería para que le hicieran una réplica en oro. Dicha pieza tiene dos cabujones de esmeralda y dos de rubí, alrededor de mil esmeraldas y más de mil diamantes amarillos de fantasía.
Mientras que, el collar de serpiente está hecho de platino, oro blanco y oro amarillo. Además, tiene más de dos mil diamantes, dos esmeraldas en forma de pera, un esmalte verde, rojo y negro.
El entonces esposo de Félix, Jorge Negrete le regaló un collar de esmeraldas, el cual no pudo liquidar porque el actor se murió antes.
Por mucho tiempo, la familia de Negrete intentó quitarle por la vía legal el collar a María Bonita, debido a que no querían quedarse con la deuda; sin embargo, la actriz gastó más en amparos y fideicomisos, en lugar de regresar la joya.
También se dice que a María Félix le gustaba usar 3 pulseras de oro de 18 quilates cada una, y tenían grabado un nombre escrito con brillantes, que fueron elaboradas por la joyería mexicana Tane.
El ya mencionado Agustín Lara, quien fue esposo de La Doña, le regaló un collar de rubíes.
Además, se sabe de la serpiente rusa que compró en Nueva York; un collar en forma de escarabajo de oro en 18 quilates, con incrustaciones de diamantes, onyx y coral.
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1937