Primera prueba del Hyundai Tucson 2021: rompedor ¡Apúntate a nuestra newsletter ;-)!

Estas son nuestras sensaciones tras conocer la nueva generación del Hyundai Tucson, un modelo que llega rompiendo moldes gracias, entre otras cosas, a un diseño revolucionario, a la incorporación de nuevas tecnologías y a una gama de motores en la que hay para todos los gustos.

Nuestra valoración: 8,0

Diseño: el Hyundai del futuro

Hablar del diseño del nuevo Tucson es hacerlo del concepto Sensuous Sportiness que debutó en el nuevo i30. En este caso, entra en escena un nuevo elemento al que han denominado Dinámica Paramétrica, que no es otra cosa que la forma que toma la nueva calandra con esas «joyas paramétricas» o figuras geométricas entre las que se esconden las luces diurnas de led y que también destacan en el lateral y en el paragolpes trasero. Justo debajo de estas, en los extremos del paragolpes, se ubican las ópticas principales que incorporan desde el segundo acabado (Maxx) tecnología full led.

El tamaño de llantas disponibles van desde las 17 hasta las 19 pulgadas y en la zaga también encontramos elementos curiosos como, por ejemplo, que el limpiaparabrisas se oculta bajo el spoiler superior y que la insignia de la marca va incrustada en la propia luneta para dejar el portón más limpio. No cabe duda de que el trabajo de los diseñadores es tremendo y, como tal, no permite un solo reproche en lo que respecta a calidades y ajustes de las piezas que componen toda la carrocería.

En cuanto a cotas, el nuevo Tucson es 20 mm más largo (4.500 mm), 15 mm más ancho (1.865 mm) y 5 mm más alto (1.650 mm.) Además, la distancia entre ejes aumenta en 10 mm (2.680 mm), lo que repercute como veremos luego en que el espacio para los ocupantes traseros mejora levemente.

Existen nueve colores de carrocería que pueden asociarse a un techo en color Phantom Black o Dark Knight. Son los siguientes:

Interior: limpieza y calidad

En el interior encontramos la buenísima calidad a la que ya nos tiene acostumbrados Hyundai en sus últimos productos e igualmente denota un trabajo de diseño muy esculpido. Buena prueba de ello es la limpieza que busca el salpicadero con esa horizontalidad que solo rompe la consola central y en la que es protagonista la denominada «ventilación indirecta», compuesta por una serie de salidas de aireación que se adaptan a las líneas del salpicadero.

El nuevo volante de dos radios tiene un tacto y un grosor de aro muy agradables y va en sintonía con el confort que también ofrecen los asientos de cuero que equipa de serie el acabado Style. La posición de conducción es alta y brinda una visibilidad muy buena. Además, con los reglajes eléctricos de asiento y columna de dirección es muy sencillo adaptarnos de una forma rápida a la postura ideal. Existen tres tapicerías disponibles en función del acabado: negra, beige (ambas en mix de tela y cuero) y teal azulada (opcional en el acabado más alto.)

En cuanto al despliegue tecnológico, las representantes son dos pantallas de 10,25 pulgadas que hacen las veces de instrumentación y sistema de infoentretenimiento. Esta última es táctil, como absolutamente todos los botones de la consola central, y cuenta con conectividad por medio de Android Auto y Apple Car Play, sistema BlueLink actualizado y navegación integrada. La primera cambia de imagen según el modo de conducción escogido (podéis ver las distintas visualizaciones en la galería de fotos) y, hablando de una cierta personalización, cabe destacar que la luz ambiental puede configurarse con hasta 64 tonos diferentes.

El espacio para el conductor y el acompañante es bueno. Ambos cuentan con varios huecos portaobjetos como el que hay entre el selector del cambio y los mandos de la climatización, donde se pueden cargar dos móviles a la vez con cable USB. La habitabilidad en las plazas traseras también es correcta, sobre todo en las dos laterales. De hecho, debido a ese aumento en la batalla y a una ligera reconfiguración de las banquetas, los pasajeros disponen de hasta 26 mm más para las piernas.

Por último, el volumen del maletero puede variar entre los 620 y los 1.799 litros de capacidad según convenga al usuario.

Motor: una gama completísima

La lista de motorizaciones del nuevo Tucson tiene para todos los gustos. En el momento de su lanzamiento habrán disponibles opciones diésel, gasolina, diésel con hibridación ligera, gasolina con hibridación ligera e híbridas convencionales. A ellas se sumará la próxima primavera una versión híbrida enchufable con etiqueta Cero Emisiones, por lo que, descartando una improbable e ilógica variante 100% eléctrica, el Tucson de cuarta generación cubre con todas las tecnologías actuales y coherentes del mercado las necesidades de todo tipo de clientes.

El motor gasolina del nuevo Tucson es un 1.6 TGDi turbo de cuatro cilindros que está disponible en dos niveles de potencia: 150 y 180 CV. El menos potente se puede adquirir con o sin microhibridación, mientras que el de 180 CV va asociado siempre a una red eléctrica de 48 V. Este último, a su vez, se puede elegir en versión manual o automática y con tracción delantera o total. El de 150 CV Mild-Hybrid también permite acoplar una transmisión manual o una automática, pero siempre enviará la fuerza al eje delantero. Por el contrario, el gasolina sin microhibridación puede ser delantera o total, pero en ambos casos siempre irá unida una caja manual.

El motor de gasóleo es un 1.6 CRDI de cuatro cilindros que sin microhibridación eroga 115 CV (manual y delantera) y con ella declara 136 CV. Este último puede adquirirse con transmisión manual (en ese caso, tracción delantera) o con caja automática (delantera o total.)

La versión híbrida convencional se basa sobre el mismo 1.6 TGDI al que se añade un motor eléctrico de 44,2 kW (60 CV) de potencia. La cifra conjunta asciende a 230 CV y la transmisión automática de seis relaciones puede enviarlos al tren delantero o repartirlos entre ambos, según desee el cliente. Por supuesto, sobra decir que todas las alternativas electrificadas lucen en su parabrisas la etiqueta medioambiental Eco de la DGT. El futuro PHEV cambiará esta por la azul de Cero Emisiones.

Nosotros pudimos conducir durante la toma de contacto por los alrededores de Madrid Capital la versión híbrida de 230 CV y, en cuanto a prestaciones, no admite reproche. Su respuesta es bastante directa y su caballaje es más que suficiente para mover el conjunto incluso cargado en cualquier situación. Además de los típicos modos de conducción Eco (estándar) y Sport, al tratarse del 4×4, el híbrido cuenta un selector del terreno para adecuar el funcionamiento a las distintas superficies que podemos encontrarnos una vez que dejemos a un lado el asfalto (barro, arena y nieve.)

La ruta empezó en Sanchinarro, siguió por autovía hasta Venturada y continuó por secundarias recorriendo municipios como Guadalix, Cerceda y Becerril para terminar cerca de Alpedrete. El consumo medio registrado en los más de 90 km recorridos fue de unos 8 l/100 km, una cifra que a priori puede parecer elevada para un híbrido. No obstante, hay que tener en cuenta que buena parte del trayecto se realizó en vías rápidas y que durante algunos momentos quisimos probar sus reacciones en modo Sport. Por lo tanto, sería relativamente fácil obtener una media de 7-7,5 litros haciendo el mismo recorrido, pero no resultaría nada fácil bajar de ahí.

Comportamiento: confort por encima de todo

Si hay algo en lo que el Tucson presta especial atención a la hora de ponernos en marcha es en ofrecer un muy alto nivel de confort, al menos el Tucson Style con suspensión electrónica controlada que probamos nosotros. Además de ser un coche sumamente silencioso (en el caso del híbrido), logra filtrar a las mil maravillas las irregularidades del asfalto, sean cuales sean. Y no solo nos referimos a los rotos que podemos encontrar en cualquier zona urbana, sino también a los marcados desniveles de una carretera montañosa o incluso a grandes pasos sobreelevados y badenes. La sensación es totalmente placentera en cualquiera de todos estos casos y, por supuesto, lo es aún más cuando circulamos sobre un terreno estable. En este sentido, está muy cerca del C5 Aircross con amortiguadores progresivos hidráulicos.

La sombra viene cuando al conductor le da por activar el modo Sport. En este caso, se agradece mucho que los ingenieros hayan querido ofrecer una respuesta totalmente distinta a la que tenemos con el modo normal, pero lo cierto es que hace que el coche se sienta muy artificial y que vayamos constantemente dando saltitos debido a que reproduce cada mínima imperfección del firme. Si a esto le sumamos que en una carretera revirada hay que lidiar además con las inercias propias de un coche de más de 1.600 kg, la conclusión es que no merece la pena activar el modo más deportivo a menos que queramos estar expuestos a un buen susto o a menos que deseemos disfrutar de una respuesta mecánica mucho más directa sobre una zona que parezca una auténtica alfombra. En cualquier caso, hay que tener bien claro que la finalidad principal del Tucson es el confort y, en este aspecto, es todo un referente en su clase.

La dirección, eso sí, en cualquiera de los dos modos de conducción se adapta a las necesidades de forma exquisita. En el modo Eco que se activa por defecto tiene un grado de asistencia y de precisión correcto, mientras que con el modo Sport encontramos mucha más resistencia sin que eso suponga obtener un feedback antinatural.

Según Hyundai, se puede acoplar a un remolque para arrastrar desde 600 hasta 1500 kg de peso, dependiendo de la versión escogida.

Equipamiento: cuatro niveles

El equipamiento del nuevo Tucson se divide en cuatro niveles: Klass, Maxx, Tecno y Style. A su vez, estos admiten algún paquete adicional que comentaremos a continuación:

El más básico ya equipa de serie elementos como el asistente activo de seguimiento en el carril, el control de crucero adaptativo con limitador de velocidad, el aviso por cambio involuntario de carril, la cámara de visión trasera, la luneta térmica, luces diurnas de led, volante y pomo de cuero, llantas de 17 pulgadas, conectividad, pantalla central de 8 pulgadas y control de descenso en pendientes.

El Maxx añade parrilla y molduras cromadas, iluminación full led, instrumentación digital, climatizador automático bizona, barras de techo, cargador inalámbrico para smartphone, sensor de aparcamiento trasero, asiento del pasajero regulable en altura, sensor de lluvia y, en opción para los electrificados, techo solar practicable.

El Tucson Tecno incorpora llantas de 18 pulgadas (19 pulgadas en el híbrido), acceso y arranque sin llave, detector de proximidad, pantalla central táctil de 10,25 pulgadas con navegación y conectividad Bluelink, sistema de sonido Krell, portón del maletero eléctrico, asientos delanteros y traseros calefactados, carrocería bicolor, asistente de conducción en autopista (solo en automáticos), Smart Cruise Control (solo en automáticos) y levas en el volante (solo en automáticos.)

Por su parte, el más equipado cuenta con llantas de 19 pulgadas, suspensión con gestión electrónica, tapicería de cuero, asientos delanteros ventilados con reglajes eléctricos y memoria, climatizador automático trizona, monitor 360º, alerta de ángulo muerto, techo solar panorámico practicable, volante calefactado, asistente de aparcamiento remoto (solo en el híbrido), asistente de colisión por ángulo muerto y, en opción, se puede elegir el paquete Teal con tapicería en color azul claro.