Un estudio realizado por investigadores de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. durante todo el 2020 sugiere que los recién nacidos, a término o prematuros, que adquieren la COVID-19 pueden no tener un riesgo elevado de complicaciones respiratorias o de requerir ventilación mecánica, pero podrían tener un mayor riesgo de sepsis e ingreso en la terapia intensiva.
En esa línea, la neonatóloga Dra. María Esther Gómez explica que los bebés prematuros siempre han requerido de cuidados especiales, pero, con la pandemia, estos deben ser extremados. “Tener un bebé prematuro implica mayores retos en su cuidado para la familia, ya que, por su condición, son más propensos a adquirir afecciones respiratorias como el virus sincitial respiratorio (VSR), influenza, rinovirus, etc.”, dice.
La medida más eficaz para la protección contra enfermedades e infecciones prevenibles es la inmunización. “La vacunación se convierte en una herramienta de protección indispensable para los recién nacidos y, en especial, para los prematuros. Cumplir con el calendario de vacunaciones en el tiempo y los plazos previstos ayudará a aumentar las defensas de los bebés prematuros ante enfermedades inmunoprevenibles”, destacó la especialista.
Otras medidas que ayudan a madurar el sistema inmunitario de los bebés prematuros son la lactancia materna, la posición canguro y el contacto piel a piel de los padres.
“En el contexto epidemiológico actual es muy importante que toda la familia mantenga las medidas sanitarias de autocuidado como el aislamiento preventivo, el lavado de manos, el uso de tapabocas y la restricción de visitas a los bebés nacidos prematuramente”, enfatiza la doctora Gómez.
Por último, recalca que “tener las vacunas de los niños al día es clave para mantener sanos a nuestros hijos”.
Datos del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social refieren que en Paraguay se dan alrededor de 10.000 nacimientos prematuros al año. En el 2021 hubo un incremento del 10 % con relación al año anterior.
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