La “nueva realidad” de las bodas en pandemia

Ajustar planes y cambiar la rutina han sido los mayores retos a los que nos hemos enfrentado durante la pandemia de la covid-19.El mundo tuvo un giro de 180 grados. La cotidianidad cambió, las celebraciones empezaron a cobrar otro sentido. Los cumpleaños, grados, bodas y todos los eventos que implican aglomeraciones tuvieron que cancelarse, posponerse o simplemente reinventarse en un ambiente más íntimo.

Algunos matrimonios, por ejemplo, solo han celebrado la ceremonia civil o en otros casos la religiosa, posponiendo la fiesta para cuando se levanten las restricciones. Sea cual sea el caso, las cancelaciones han significado un “disgusto” o “dolor de cabeza” para novios, familias y amigos. Ni qué decir de los salones y los restaurantes donde se celebrarían, pues han tenido que afrontar como han podido la repentina cancelación con los “refrigeradores llenos”.

¿Qué tener en cuenta para casarse en pandemia?

La “nueva realidad” de las bodas en pandemia

La wedding planner Adriana Carmona explicó que en tiempos de coronavirus las tendencias que marcan son las bodas íntimas, o las boutique, o las tú y yo (novios más un fotógrafo).

“Las bodas boutique marcan ahora mismo la tendencia. Son esas que nos muestran una vuelta a lo básico. La apuesta por algo más relajado, en la que se puede contar con cinco hasta 50 personas en la celebración, creando un evento con más intimidad y simbolismo para los novios”, indica la directora de ‘Adry Carmona EP’.

Asegura la experta que en este ámbito no entran “los invitados por compromiso. Los novios son mucho más selectivos, cuidando en exceso los detalles. Ganan emotividad, cercanía y confianza”.

Por su parte, Laura Maiguel, directora de‘Laura Maiguel Events’ en Barranquilla, afirma que “ha sido un cambio drástico”.

“Encontramos novios que prefieren aplazarlo porque siguen con el mismo sueño de hacer una fiesta súper grande, con los detalles presupuestados para su boda; y están los que definitivamente quieren casarse en el tiempo que ellos habían estimado. Ahora lo que era para 100 o más invitados se vuelve más personalizado para un grupo reducido de 50 que es el permitido, incluyendo logística. En las iglesias solo se sientan dos personas por bancas y en la celebración no se puede bailar”.