Bilbao es una joya de oro y plata, pero de las baratas

LUIS GÓMEZ

No hacía falta recordarlo, pero, por si acaso, sepan que Bilbao es una joya. También comercial, por mucho que esta maldita pandemia intente arruinar gran parte de nuestro tejido. Cada cierto tiempo, bien es verdad que cada vez más espacioso, la ciudad recibe la llegada de inquilinos deseosos de testar el mercado local. Tras la marcha de la Plaza Moyúa de Catimini, un clásico de la moda infantil, había dudas sobre si el local encontraría pronto un nuevo inquilino. Y, puestos a indagar, se cuestionaba sobre si el comercio sería de gama alta o media.

La duda está resuelta. Bilbao, como decíamos, es una joya. Más bien barata. Con Singularu, que aterrizó ayer en la capital vizcaína, llegan piezas de oro, oro rosa y plata a precios asequibles. «Calidad a costes accesibles porque todos podemos llevar joyas únicas», defienden los autores de la firma fundada por Cristina Aristoy y Paco Tormo. Desde Valencia fabrican piezas divertidas, elegantes y, sobre todo, sencillas que se adaptan a todos los estilos y momentos del día.

Diseños rebeldes, minimalistas y con un punto bohemio. Es lo que toca en estos tiempos difíciles, pero mejor eso que nada. Los tiempos de Louis Vuitton quedan cada vez más lejos. Además, no siempre el lujo fue la mejor garantía de éxito. A veces, el glamour emerge con las propuestas aparentemente más inesperadas.

Bilbao es una joya de oro y plata, pero de las baratas

Colas para acceder a Singularu.

Singularu dispone de un magnífico equipo de marketing, todo hay que decirlo. Cuando las joyerías más espectaculares, ya sean Tiffany o Bulgari, rivalizan por ofrecer los titulares y creaciones más excesivas y pomposas, la compañía valenciana se contiene y habla de joyas para enamorar todos los bolsillos. Fundada en 2014, despierta los instintos más brillantes, como no podía ser de otra manera, con piezas a precios a los que no estamos acostumbrados. Las joyas aparecen envueltas en un ambiente muy 'candy', en tonos preferiblemente rosas. Todo muy en la línea de Paris Hilton. La 'vie en rose' en estos momentos tan negros crea tendencia.

'Brilli-brilli'

Son también unas líneas muy democráticas. Pendientes desde 14,95 euros y collares que no alcanzan los 40. O anillos por menos de 30. Una bicoca que estimula a todo tipo de público, especialmente al más joven, con el lanzamiento de ediciones limitadas, diseños exclusivos y piezas personalizadas. Viva el 'brilli-brilli'.

Solo hay que echar un vistazo a las redes sociales, donde el 'postureo' cotiza al alza. Las joyas que ahora llegan a Bilbao acaparan espacios cada vez más relevantes. Por eso Singularu sigue una carrera meteórica a la caza de 'influencers', uno de los termómetros que mejor mide el impacto de una marca. Arrasa también en Instagram. A mayor número de famosas, más posibilidades de triunfar en los mercados nacionales y extranjeros.

Si en los últimos años no han dejado de proliferar en nuestro país pequeñas etiquetas de bisutería (da lo mismo el concepto, porque algunas enseñas se identifican como joyerías e incluso como alta joyería) que defienden la fabricación nacional y los diseños minimalistas, esta es una de ellas. Desengañémonos, el oro de toda la vida, el de 18 quilates, el de las señoronas, ha perdido protagonismo en favor de la plata y los baños en oro. Cambiar de anillo casi con la misma frecuencia que de camiseta era el sueño de muchas. Y ahora ya es una realidad.

«Una joya en plata de ley bañada en oro tiene un coste mucho más bajo que una realizada en oro y su aspecto es muy similar. Es la forma de que cualquier mujer que quiera llevar varias joyas a la vez no tenga que hacer una gran inversión. Las puede combinar y cambiar según vaya vestida y llevarlas a diario sin temor a perderlas», defiende Victoria Montero, creadora de Oui Petit.

Un estilo cada vez más pujante en ciudades como Bilbao, convertida en la embajadora de las joyas baratas con la llegada de Singularu. Muy singular este mundo tan brillante.

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