Un verano en Pals

LA VILLA MEDIEVALUn verano en Pals

Junto a los pueblos de Monells y Ullastret, Pals es uno de los conjuntos medievales mejor conservados de Cataluña. Este vecino de Begur es desde hace muchos años uno de los pueblos con más fama para pasar un verano en la Costa Brava: sus casitas de piedra con puertas de colores, sus calles bellamente coloreadas por sus flores y una gastronomía de lujo lo convierten en una visita imprescindible.

El municipio cuenta con tres núcleos: Pals, els Masos de Pals (una urbanización formada en su mayoría por masías antiguas reformadas) y Pals playa. La villa medieval se puede recorrer fácilmente en una mañana, pero merece la pena detenerse en sus rincones para conocer algo más de su historia y disfrutar de su silencio. Pues como decía el escritor Josep Pla, Pals no merece una visita, sino 100 visitas.

Desde el horizonte ya podemos distinguir el conjunto histórico abrazado por su muralla, datada del siglo XII- XIV, y la Torre del Homenaje, una torre románica de planta circular con 15 metros de altura. La Plaza Mayor con el arco gótico da la bienvenida a un casco histórico repleto de casas y tiendas con pequeños ventanales que dan a calles empedradas desde donde crecen con gusto buganvillas, cactus y enredaderas.

Un verano en Pals

Seguimos paseando hasta la iglesia, que ya existía en el 994 con su base románica, ábside y nave gótica y pórtico barroco. Le siguen los restos del Castillo del que solo se conserva la Torre del Homenaje y las murallas con cuatro torres distintas. El paseo culmina en el Mirador de Josep Pla, un lugar perfecto para contemplar las** Islas Medes** y el Baix Empordà.