En México, ¿salvamos a Ralph?

Un simpático conejo blanco llamado Ralph se presentó como protagonista de un cortometraje de animación el pasado mes de abril. Su historia contada a manera de falso documental fue un llamado de auxilio para terminar con el uso de animales de prueba de laboratorio con fines de producción cosmética. Desde su estreno “Salven a Ralph” (Save Ralph 2021) se hizo viral en las redes, lo que ocasionó que muchas personas comenzaran a cuestionar la realidad detrás de estas prácticas.

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En el filme de 4 minutos en stop motion, se narra un día en la vida del conejo como tester – animal de prueba de laboratorio -, así como las consecuencias que sufre en su cuerpo a raíz de que los humanos experimenten con él. Entre otros daños la animación evidencia la pérdida de un ojo, cicatrices y constantes dolores.

Humanizando sus reflexiones y dócil a su destino, el adorable conejito desde su primera transmisión, fue aclamado por la crítica. Además de ganarse la empatía con el viralizado hashtag #SaveRalph creó la polémica sobre los laboratorios cosméticos, en primera instancia, sobre el uso de animales y la crueldad que implica la elaboración de herramientas y productos para este uso.

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Esta controversia ya se había planteado 12 años atrás, cuando en el 2009 se prohibió en toda Europa y América Latina la experimentación con animales con fines cosmetológicos. Así quedó asentado por el parlamento europeo, en el Reglamento (CE) No. 1223/2009 – con fecha del 30 de noviembre del 2009, en el Capítulo V sobre experimentación con animales -.

En dicho documento queda absolutamente prohibida la experimentación en animales con fines cosméticos y privilegia recurrir a métodos alternativos, así también estipula el veto en la distribución de dichos productos en caso de violentar la reglamentación. (Capítulo V, Artículo 18. Liga:https://eur-lex.europa.eu/LexUriServ/LexUriServ.do?uri=OJ:L:2009:342:0059:0209:es:PDF)

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Ahora en nuestro país, en el mes de mayo se propuso hacer cambios en la Ley General de la Salud para garantizar esta prohibición. Lo que significa que en México ahora sería ilegal la elaboración de brochas con pelo de origen animal, pigmentos de este tipo, así como las pruebas de alergias y reacciones en animales, por mencionar algunos ejemplos.

Con los avances tecnológicos que existen al día de hoy, en realidad no es necesario testear animales para asegurar la eficacia de los productos de belleza y evitar reacciones dañinas en humanos, gracias a que se recurre a tejidos sintéticos que simulan piel y sus reactivos, además de usar derivados tintados en versiones veganas para no recurrir al uso animal en los colores de las fórmulas.

En México, ¿salvamos a Ralph?

Pero entonces, ¿qué cambia en la ley?

Cambia el estado de legalidad. Antes solamente estaba prohibido por la asociación que regula a los productores de cosméticos en América y Europa. No era punible por ley en México, tenía que recurrirse al órgano internacional para su intervención en caso de algún incumplimiento en el reglamento.

De aprobarse los cambios en la legislación mexicana, aunque la sanción sea casi la misma, -veto de la marca y el producto en el mercado y una multa según la gravedad de la infracción-, nuestro país impondría la norma, sin necesidad de recurrir al parlamento extranjero.

Entre esos cambios que se proponen están: sancionar de 2 a 7 años de prisión a quienes realicen pruebas en animales, imponer una multa equivalente de 200 a 2 mil veces el valor de la Unidad de Medida de Actualización (180 mil pesos aproximadamente) a quien contrate, autorice, conduzca, participe o desarrolle testeo en conejos o ratones, por mencionar algunos.

Cabe mencionar que actualmente estas propuestas están en un dictamen que se pasó al senado y aún no han sido discutidas para su aprobación.

¡Salvamos a Ralph! ¿o no?

Aunque queda claro que en la mayor parte del mundo son ilegales los ensayos con seres vivos en el proceso de realización de maquillaje y herramientas de este tipo, en la parte del continente asiático no es el caso.

En China por ejemplo, uno de los países de mayor producción en infinidad de artículos para todo uso y sobre todo en el mundo de la belleza, es donde más se usan pigmentos de origen animal y se sigue probando con animales en la elaboración de maquillaje.

Pero, ¿cómo podemos saber si un producto es verdaderamente libre de crueldad animal? Hay organizaciones como Cruelty Free Press y PETA que se dedican a garantizar que las empresas realmente cumplan con llamarse libres de crueldad animal, y les otorgan insignias oficiales que las distinguen por cumplir con esas normas.

Las 3 organizaciones más comunes avaladas para otorgar el sello “Cruelty Free” de manera internacional son: Cruelty Free International (Leaping Bunny), PETA y Choose Cruelty Free (ver imagen de sellos oficiales).

Aunque el proceso de certificación varía según cada organización, Leaping Bunny es conocida como la que posee los estándares de evaluación más estrictos, y por el contrario PETA es la que se siente más flexible en ese aspecto, – tal vez sea por eso que su logo es el más visto entre las marcas de belleza-.

Sobre la validez de los logos es necesario revisar de manera más exhaustiva nuestros consumos, sobre todo en artículos que no son de primera necesidad como los cosméticos.

Por mencionar un ejemplo, ponemos las marcas Colourpop y NYX. La primera se elabora en Los Ángeles, Estados Unidos, donde se prohíbe el testeo con animales y la segunda forma parte del conglomerado de L ́oreal, el cual es acusado de hacer pruebas con animales para distribuir sus productos en el continente asiático, donde también fabrica la mayoría de ellos.

Como ya lo mencionamos anteriormente, en Asia sí se permiten las pruebas con animales en la fabricación de maquillaje, e incluso es uno de sus requisitos; que ciertos productos se prueben de manera oftalmológica y en tejidos directos de animales, antes de ser probados en humanos. Entonces si la marca que consumes se vende en China, es muy probable que haya sido sometida a este tipo de pruebas.

Esta regulación de solicitar pruebas en animales para uso cosmético, en China específicamente, actualmente se encuentra en discusión de eliminarse o restringirse, por lo menos en algunos productos considerados de cosméticos generales, pero no así para otros tantos que definen como de uso especial, nueva eficacia, uso en menores, entre otros.

México 3er lugar en compra de maquillaje

Según un estudio a nivel mundial, Estados Unidos y Japón son los países que más consumen cosméticos; México se ubica en el lugar 11 y el 3 en América Latina en ese rubro (Argentina y Colombia se llevan el puesto 1 y 2 respectivamente).Esto pese a la crisis por COVID19 y pandemia actual. (Fuente: Statista, Beauty and Personal Care, Report 2020).

La industria de venta de cosméticos no ha cesado en lanzamientos y el consumo se ha mantenido estable, en proporción a años anteriores.

Según datos de la Cámara y Asociación de la Industria del Cuidado Personal (Canipec) en nuestro país se gasta un promedio de 250 a 300 pesos en un producto de maquillaje, donde anualmente se estimaba la venta de al menos 168 unidades de ese tipo de productos, acorde a sus estadísticas en el 2014.

Estas cifras han ido en aumento en el 2020, según la consultora Kantar. Durante ese año la inversión a nivel ciudadana se incrementó, sobre todo en la categoría de cuidado de la piel, en el consumo de productos como cremas humectantes e hidratantes y del cuidado del cabello, los cuales llegaron a generar un crecimiento de hasta el 10.5 por ciento.

Poco más de 6 mil pesos al año es lo que gasta en maquillaje una persona en México (Picodi 2021). Según una encuesta de la plataforma Picodi, solo el 4% no utilizan esos productos y el resto lo llega a usar casi a diario. Lo que resulta en artículos de consumo regular con todo y COVID19. (Fuente: https://www.picodi.com/mx)

Aún cuando las propuestas a Ley de Salud se avalen en la camara del senado, queda por revisar si aquellas marcas y empresas que siguen experimentando con animales y/o no comprueben ser totalmente libres de crueldad animal continuan en circulación en México.

Mientras tanto como consumidores responsables podemos revisar los logos oficiales o antecedentes de nuestros productos, y de ser el caso, buscar opciones, que de momento cada día se suman más y más a la lista, que no impliquen el daño innecesario a un ser vivo.