Boom de la venta directa: un respiro contra la caída del empleo y el poder adquisitivo

Son 100.000 las personas que empezaron a vender cremas, maquillaje, ollas, filtros de agua y accesorios de cocina durante la pandemia para compensar la pérdida de poder adquisitivo o suplir la falta de empleo. Mientras tanto, un número similar de trabajadores dejó de participar del ultra-intervenido mercado de trabajo argentino en el mismo período.

La industria de la venta directa sumó un 11% de inscriptos durante 2020 comparado con 2019. Es casi tres veces la tasa de crecimiento anual que las empresas del sector registraron entre en los años previos a la Pandemia. El dato es aún más sorprendente cuando se pone la lupa sobre la cantidad de operaciones que 35 compañías del rubro recibieron de sus revendedores: 70% más entre los mayo 2021 y 2016.

El desequilibrio se da por una demanda decreciente de las empresas frente a una oferta alta, principalmente en trabajadoras mujeres. Esa falta de puestos de trabajo genuinos y formales refleja la frustración de 1,3 millones de personas que buscaron empleo en los primeros tres meses de 2021 sin suerte.

Y a eso se le suman 2,8 millones que no tienen otra opción que ganar dinero en la informalidad, sin aporte alguno. Las cifras oficiales del INDEC son la evidencia empírica de que la calidad laboral en la Argentina empeora con el paso del tiempo.

La constante regulación del Estado en el mercado de trabajo argentino explica este fenómeno en ascenso. Cuando el Gobierno obliga al sector privado a ir en contra de las leyes de la economía no hace otra cosa que generar desequilibrios. El costo laboral no salarial se encarece con la exigencia oficial de la doble indemnización o con la prohibición de los despidos, entre otras razones.

Según analistas privados consultados por El Cronista, la tasa de desempleo que hoy es de 10,2% debería estar en 15% porque durante los 18 meses de Pandemia se amplió la brecha entre la población económicamente activa y el total de ocupados. Eso es porque el avance de la asistencia monetaria del Gobierno desincentiva a que un grupo de la población salga a buscar trabajo aunque no está ocupada.

Pero la paradoja es que esas estadísticas no capturan el fenómeno de más de un millón de revendedores independientes (90% mujeres) que perciben ingresos mensuales como monotributistas (o incluso inscriptos en el régimen general de AFIP) a cambio de comercializar cosméticos, maquillajes, productos de belleza, artículos de cocina, filtros de agua y hasta insumos de limpieza de grandes compañías de venta directa.

Boom de la venta directa: un respiro contra la caída del empleo y el poder adquisitivo

Los registros de la Cámara Argentina de Venta Directa (CAVEDI) evidencian el salto en la cantidad de adeptas que sus 11 compañías asociadas sumaron en 2020. Son 11% más que en el año previo (918.000 mujeres y apenas 102.000 varones contra 828.000 y 92.000 en 2019). "La venta directa suele comportarse de forma contracíclica, sobre todo en momentos recesivos. Hay personas que buscan un ingreso adicional, otras que quieren ser independientes y también están las que necesitan trabajar porque no tienen otra cosa", explica Gonzalo Falcón, presidente de CAVEDI.

"Este tipo de actividad que realizan las mujeres es una salida laboral para ellas en contexto de Pandemia. El cierre de la presencialidad en escuelas, por ejemplo, limitó sus tiempos para salir del hogar lo que les redujo la posibilidad de inserción o continuidad en el mercado de trabajo tradicional. Se triplicaron las horas que destinan a tareas domésticas y de cuidado, lo que aumentó notablemente la brecha de género en el ámbito laboral", explica Anabel Chiara, economista de la subsecretaría de empleo del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

La tasa de desempleo y de inactividad entre mujeres viene subiendo a un ritmo mayor en los últimos años. "Si bien la tasa de desempleo se contrajo en el primer trimestre del año, para las mujeres la realidad fue diferente. Aumentó un punto por año con una peor dinámica en la franja de menores de 30. Cuatro de esas jóvenes en edad de trabajar no consigue empleo. Es el único segmento en el que la tasa de actividad cayó por cuarto trimestre consecutivo", agrega Chiara.

alta demanda y riesgos para el stock

Empresas como Natura, Avón y Essen están capitalizando la falta de oportunidades laborales para las mujeres. La fabricante local de cacerolas de aluminio fundido fue la primera en registrar un boom de oferta de trabajo en plena cuarenta. "Tuvimos que cerrar la incorporación de emprendedores durante seis meses para evitar que la alta demanda nos llevara a un quiebre de stock. En los primeros 10 días de mayo 2020 se inscribió la misma cantidad de revendedoras que en todo 2019", cuenta Agustín Jorge, CEO y gerente general de Essen, compañía oriunda de Venado Tuerto.

Así como hubo mujeres que optaron por vender ollas en redes sociales para ocupar su tiempo libre y buscar una alternativa que les diera más independencia; otras eligieron hacer lo mismo con cosméticos, maquillaje, esmaltes de uñas y cremas corporales. Con 230.000 revendedoras en todo el país, Natura vio crecer su tasa de revendedores al ritmo de la digitalización.

"El número de emprendedores crece al año 5 puntos porcentuales en esta industria, pero en el segundo semestre del año pasado se aceleró porque es un canal de fácil entrada, sin barreras y un ámbito laboral seguro", enumera Verónica Marcelo, CEO de Natura.

En Natura las consultas se duplicaron cuando comenzó la Pandemia. "Estaban en el orden de las 50.000 al año y en 2020 fueron de 100.000", agrega Marcelo.

Su colega, Rolando Castro, gerente general de Avon para mercados del Sur, coincide. "Nuestros colaboradores crecieron 24% en el último semestre del año pasado. Pasamos por dos etapas diferentes: un primer semestre limitado por la cuarentena y un segundo con un boom de ventas que nos generó dificultades de abastecimiento, incluso a pesar de que se produce todo en el país", cuenta el representante del negocio en la Argentina, Chile y Uruguay. Sin embargo, en 2021 se observa un amesetamiento después de los sorprendentes números de 2020.

La caída del poder adquisitivo que generó el aumento de la inflación hizo más visible aún la falta de empleo. Eso explica el amesetamiento en el consumo de este año y la razón adicional para que más familias busquen ingresos nuevos.

"Hay emprendedores que buscan un segundo ingreso aunque trabajan en relación de dependencia", describe el CEO de Essen. Lo mismo ocurre con los revendedores de Avon y Natura. "El año pasado el 40% del gasto que se hacía afuera migró al hogar y ahí ganaron las ventas por catálogo o que se empezaron a hacer online y en las redes sociales", explica Castro. La ejecutiva de Natura asiente y agrega que "el incremento se agilizó con la digitalización" a pesar de que en 2021 todo volvió a los niveles del 2019 por la caída del salario real.

más operaciones

Los datos que reflejan esta tendencia los ven las operadoras de gestión de pago con nitidez. "Pago Fácil le da servicio a más de 35 empresas de venta directa en todo el país. En mayo de 2021 procesaron 54% más de pagos de revendedores a filiales de Avon, Natura, Tupperware, Tsu, Swiss Just, entre otras marcas", cuenta Andrés Uranga, director de negocios de Pago Fácil. Sin el sesgo estadístico que generan los meses de cuarentena en 2020, el crecimiento en los últimos dos años fue del 30% (2021-2019) y en los últimos cuatro, de 70% (2021-2016).

Las consecuencias de la intervención estatal en el mercado de trabajo están a la vista: un desempleo de dos dígitos registrado en el primer trimestre del año con un visible aumento del empleo informal y del subempleo, que estaba en 14% de los ocupados a fines de 2019 y cerró 2020 en 17%.

Las cifras oficiales del Ministerio de Trabajo (SIPA, Situación y Evolución del Trabajo Registrado) evidencian que son 100.000 las personas que participaban del mercado laboral antes de la Pandemia y que hoy ya no lo hacen. El mismo número que un tercio de las empresas de venta directa sumó como colaboradores solo en 2020.