Envase hinchado sin abrir | OCU

Este fiambre de pollo, como los fiambres de pavo o cerdo, son productos cárnicos que han sufrido un tratamiento térmico que permite prolongar su vida útil. No es estéril (ningún alimento lo es), pues siempre quedan bacterias que sobreviven al tratamiento. Sin embargo, unas adecuadas condiciones de manipulación y conservación del producto hacen que, normalmente, esos microorganismos no supongan un problema.

Si está en fecha, estará bien, ¿no?

La fecha de consumo preferente indica el día hasta el cual el producto conserva todas sus características de calidad (aroma, sabor, textura, aspecto…), además de garantizar que el producto no es peligroso desde el punto de vista sanitario.

Esta fecha, como la fecha de caducidad, se determinan partiendo del supuesto de que las condiciones de conservación hayan sido las adecuadas y que no se produzca ninguna contaminación posterior a la elaboración del producto. Obviamente, si hay algún fallo en la cadena, ya no servirán como referencia, al igual que si se abre el envase. Si esto sucede, las bacterias que resistieron al tratamiento proliferarán rápidamente, alterando las propiedades del producto

¿Por qué está hinchado?

Envase hinchado sin abrir | OCU

Eso es lo que ha sucedido en este caso. Lo más probable es que el envase se haya hinchado por el gas generado por las bacterias, que se habrían multiplicado masivamente tras una mala manipulación del producto.

Posiblemente, la causa de este fallo es la rotura de la cadena de frío en uno o varios puntos de la cadena alimentaria (en almacén del fabricante, durante el transporte, en el establecimiento de compra, si el producto pasa mucho tiempo a alta temperatura desde que lo compramos hasta que lo metemos en la nevera…). Es fundamental mantener la temperatura de refrigeración a lo largo de todo el proceso para evitar la proliferación de las bacterias: cada vez que no se respeta esa temperatura, se incrementa la velocidad de multiplicación de los microorganismos, pues lo hacen mejor a temperatura ambiente.

¿Qué debo hacer?

El desarrollo y proliferación de bacterias llega a alterar el producto, el resultado es que las propiedades organolépticas del alimento se resienten: en este caso el fiambre presenta mal olor, aspecto blanquecino, alteraciones en la textura, sabor ácido…

Además, en el caso de que hubiese alguna bacteria patógena (menos probable, pero posible), si se llega a consumir el producto podríamos sufrir una intoxicación.

Ante un caso así, o ante cualquier sospecha por un envase dañado, lo mejor es no correr riesgos y desechar el producto.