«Al principio hubo veces que estuvimos a punto de matarnos»

Noelia García es caddie y pareja de Santi Tarrio. Es, por supuesto, parte esencial del equipo de trabajo del jugador gallego que acaba de ascender al European Tour. Noe, como le llama Santi, es su mano derecha y también, muchas veces, su mano izquierda. Ha ido haciéndose a sí misma, aprendiendo aquí y allá, preguntando, escuchando mucho y poniéndole el alma a su trabajo. Hace seis años no sabía lo que era el golf. Hoy no se ve haciendo otra cosa que llevando la bolsa de Santi. Es, sin duda, uno de los secretos del éxito de Tarrio y en esta entrevista van a tener la oportunidad de conocerla un poco mejor.«Al principio hubo veces que estuvimos a punto de matarnos» «Al principio hubo veces que estuvimos a punto de matarnos»

Si hace diez años te dicen que ibas a estar en la Final del Challenge Tour con una bolsa al hombro, ¿qué habrías dicho?

No hubiese sabido de lo que me estaban hablando porque no sabía nada de esto, pero nunca sabes las vueltas que puede dar la vida, y al final estoy haciendo algo que realmente me gusta, aunque no lo conociese antes.

¿Cuál fue tu primer contacto con el golf?

Cuando conozco a Santi. Lo conocía a él no pero no sabía nada de esto. Al principio lo acompañaba por estar con él y un día le dije que a ver si podía aportar algo más. Me comentó: ven conmigo en la bolsa y poco a poco me fue contando y yo fui mejorando y aprendiendo. El primer torneo que fui a ver fue un Gambito en el Zaudín, pero no pisé el campo porque hacía casi 50 grados y era injugable. Me quedé en la piscina. Le dije a Santi, aquí no, pero a partir del próximo sí quería empezar a aportar. Mi primera experiencia de caddie fue un Alps al final de la temporada 2016, pero ahí sólo llevaba el carrito y poco más.

¿Lo tuyo con el golf fue un flechazo?

A mí me gusta sentirme útil, no me gustaba el hecho de llevar la bolsa, cargar y ya está, al principio el viento es algo que lo puede ver todo el mundo si está atento y poco a poco preguntando, entendiendo el libro y al principio con mucho miedo de meter la pata fui mejorando. Luego, con trabajo y reforzando la confianza de creerme que lo podía hacer bien fui haciendo más y más. Hay caddies profesionales que pensaría que a ver de dónde viene esta que cree que un año lo va a saber todo… Hay cosas que sí, si le pones ganas puedes aprender y mejorar, con ganas e interés se puede aprender todo. No hay que ponerse límites en ese sentido.

¿Cuál ha sido la clave para ir mejorando y creciendo?

«Al principio hubo veces que estuvimos a punto de matarnos»

En ese sentido he tenido suerte de que siempre me ha gustado preguntar, al principio a otros jugadores amigos en el Alps y después a caddies en el European Tour. Yo lo pregunto todo, así es como se aprende, teniendo vergüenza no se va a ninguna lado. También hace falta humildad de querer aprender. Algunos te ayudan más y otros menos.

¿Quién te ha ayudado más en este proceso de aprendizaje?

El que más me ha ayudado ha sido Santi. Los otros son detalles. A Santi le pregunto lo técnico y lo psicológico a Joaquín Dosil.

¿Cuánta importancia tiene la parte mental en tu trabajo?

Hemos aprendido mucho los dos con Joaquín desde el principio. Al final es algo que me gusta recordar, el trabajo de caddie es imprescindible y el hecho de ayudar y saber que decir en cada momento es crucial. A Santi lo conozco y sé cuándo subirle los ánimos y cuándo relajarlo porque está acelerado. Entiendo que haya jugadores y caddies que no se conocen apenas y su trabajo es solo técnico, pero para mí la otra parte es mucho más importante. Por ejemplo, después de la primera ronda de la Final del Challenge terminé un poco preocupada porque sentía que no acababa de encontrarle la tecla, no estábamos tan finos como en otros torneos. Habíamos perdido la chispa por alguna razón. Me preocupaba más eso que haber hecho +1. Me fastidia y así se lo dije al psicólogo en la charla que tuvimos por la tarde. Sin embargo, desde el segundo día hemos vuelto a sumar los dos juntos. Es el ambiente. Sé cuándo estamos a nuestro nivel óptimo de activación. Sé cuando está en ese punto y me lo transmite y ahí rendimos. Se puede hacer bogey igualmente, pero hay que estar ahí. Volvimos a sacar la chispa.

Imagino que habrá habido momentos difíciles en todo este proceso…

Uy, al principio del todo hubo veces que estuvimos a punto de matarnos, él de tirar palos alguna vez y yo de «pues no lo recojo, nos vamos»… Hasta que no conseguimos engranar bien fue difícil. Ahora lo llevamos bien. Antes era más difícil cerrar la ronda de golf después de jugar y no seguir dándole vueltas todo el tiempo. Ahora hemos decidido que después de jugar se vuelve a abrir la ronda de golf cuando hablamos con Joaquín y se cierra después de colgar el teléfono, hasta el día siguiente. Ahora los llevamos bien, así no hay tanto desgaste mental. Desde que me levanto por la mañana ya sé si el día va a ser más o menos complicado. Lo conozco muy bien.

¿Te ves trabajando para otro jugador que no se Santi?

Es muy importante conocer al jugador. No me gustaría trabajar con alguien a quien no conozco bien. Me llevo bien con muchos chavales y si me lo piden me gustaría conocerlos antes. Necesito saber cómo actuar con ellos y para eso hay que conocerlo muy bien. La forma de decir las cosas y cómo decirlo es importante. Todo es conocer a una persona y quién sabe… Me da mucho respeto. Me parece tan tan importante… Son 18 hoyos, es mucho tiempo y se pasan momentos difíciles porque se sufre muchísimo en el campo y hay que tener mucho cuidado.

¿Cómo ha sido tu preparación en estos cinco años?

Alguna documentación y libros de golf he leído pero lo más importante es escuchar cuando está Santi con su entrenador o con el psicólogo. Escuchando es como más se aprende. Al principio escuchaba mucho a los otros caddies. Por ejemplo, con el viento, al principio pensaba a ver si lo voy a decir mal y el hecho de que el otro caddie dijera lo mismo que yo pensaba y que tenía me fue dando confianza. Ahora sé que lo hago bien, ya no tengo reparo o miedo. Tengo confianza. Un día me explicó Joaquín Dosil una cosa que tengo muy presente y que no era nada fácil para mí: nunca pongas el creo delante de lko que vas a decir en el campo. Por ejemplo, creo que el viento está de la izquierda. No, nunca. Se dice con seguridad. Está de la izquierda, sin el creo, para evitar meter la duda al jugador. Ahí está la esencia.

¿Consideras que la profesión de caddie está justamente valorada?

No, para nada, no está suficientemente bien valorada. Hay muchos sitios que no nos dejan ir al fisio y es importante, el gimnasio tampoco por el tema del covid y a veces parece que el caddie es alguien que sólo tiene que saber sumar y restar y hacer cuentas, nada más, y a mí se me dan fatal con las matemáticas… No, no es lo esencial, hay mucho más y es muy interesante.